Es una práctica de yoga pasiva, relajada, que se realiza principalmente sentados o acostados sobre la esterilla. Pone énfasis en el trabajo de los tejidos conectivos del cuerpo y de la musculatura más interna, a través de la permanencia prolongada en cada postura, perfecto para ganar elasticidad.

Ejecutando cada postura al 80% de la capacidad individual, el Yin Yoga abre un espacio para que cuerpo y mente puedan relajarse, manteniendo un estado de calma prolongado y aliviando el estrés.

El Yin Yoga deriva del yoga taoísta. Sus posturas trabajan también los canales energéticos del cuerpo, conocidos como meridianos en la medicina china.

Si quieres saber más de esta filosofía, visita la web de los precursores de este estilo Paul Grilley y Sara Powell.

El Yin Yoga está orientado a personas de todos los niveles de habilidad que buscan una práctica relajante y meditativa que se enfoca en la liberación profunda del tejido conectivo.

3 beneficios probados del Yin Yoga:

1. Reducción del estrés y liberación de tensiones.
2. Estímulo de la energía corporal.
3. Cultivo de la paciencia y la aceptación.